¿Cómo gestionas tu carga?

Son sorprendentes las similitudes que hay entre los mecanismos de daño físico y daño emocional que sufrimos los seres humanos.

La manera más común de lesión es cuando el cuerpo sufre algún tipo de trauma, como cuando caemos o nos golpeamos contra algo. 

La capacidad de una estructura o tejido corporal (articulación, músculo, hueso, ligamento, etc,) no soporta la carga que el impacto le produce y acaba por romperse.

El otro tipo de lesión, menos evidente, se produce por la acumulación de pequeños estímulos repetitivos hasta que la capacidad de la estructura o tejido se sobrepasa.

Del mismo modo, a nivel emocional sufrimos daño cuando padecemos algún evento traumático y/o por la acumulación de pequeños estímulos repetitivos que sobrepasan la capacidad de nuestra estructura-tejido emocional. 

Para que nuestras estructuras corporales y emocionales sean fuertes y resistentes necesitamos poner carga sobre ellas, pero nos acabaremos lesionando si excedemos su capacidad.

Debemos aprender a tomar conciencia de nuestro cuerpo para ser conscientes de las cargas (físicas y emocionales) que ponemos sobre nuestro organismo en nuestro día a día para no cargarlo en exceso.

Una correcta gestión de la carga también es la clave para recuperarse de una lesión o daño.

A veces nos precipitamos volviendo a la rutina previa a la lesión demasiado pronto, cuando los tejidos aún no están preparados para hacer frente a esas cargas.

Para evitar recaídas, deberíamos incrementar la carga gradualmente permitiendo que nuestro cuerpo vuelva a ponerse fuerte, dándole tiempo para volver al nivel de rendimiento previo. 

Y lo mismo es aplicable para “recuperaciones emocionales”.

BONUS

Escuchando TU cuerpo puedes percibir si te estás enfrentando a cargas excesivas en tu vida.

En ese caso tienes tres opciones:

1) Suprimir la carga: evitando el estímulo, situación o persona que te provoca una carga.

2) Modificar la carga: pidiendo ayuda para compartir una tarea, delegando en otros, o tomándote las cosas con más calma.

3) Si los dos anteriores no son posibles, nos queda la opción de aumentar la capacidad, entrenando para hacerla más fuerte y resistente.

*Imagen Momentmal

Comparte este artículo

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en email

Más artículos como este

¡Desata tu Rendimiento!

Recibe pequeñas dosis de Salud Integral, Psicología Práctica y Rendimiento Humano para mejorar tu vida. Sin Spam.

Ir arriba