Solemos creer que no hay límite a todo lo positivo que podemos disfrutar, pero estamos equivocados porque, por paradójico que parezca, TODOS ponemos barreras inconscientes a lo bueno que nos sucede en la vida.
Gay Hendricks en su libro “The Big Leap (El gran salto)” habla de que tenemos un límite superior para lo bueno y para sentirnos bien. Y cuando lo tocamos, nos entra el vértigo como si nos faltara oxígeno en el aire enrarecido de la nueva cota de emoción positiva.
Por eso nos autosaboteamos pensando en las desgracias que podrían suceder, con lo que baja nuestra emoción positiva.
Y nos autoengañamos pensando que así estamos siendo precavidos, preparándonos para una posible eventualidad, pero en realidad lo que conseguimos es rebajar nuestro nivel de bienestar, alejándonos del límite superior de tolerancia a lo bueno para volver a nuestras emociones habituales.
Frases como:
“parece demasiado bueno para ser cierto”,
“no puedo creerme la suerte he tenido”,
“nunca llegaría a imaginarme que esto pudiera pasarme a mí”, etc.,
revelan los límites que le ponemos a lo positivo que podemos sentir y nuestra sorpresa cuando sucede.
Pero si no esperas que te sucedan cosas buenas, ¿Quién lo va a hacer por ti?
RINCÓN DEL COACH
– Ampliar tu capacidad para lo bueno es cuestión de práctica.
– Como es una reacción inconsciente, el primer paso es tomar conciencia de que has tocado tu límite de tolerancia a lo bueno.
– Recuerda evitar tus intentos de autosabotaje y tus autoengaños.