(NOTA: el tema de hoy es un poco ‘esotérico’, pero comprobado por evidencia personal y puedo asegurar que funciona 100%😉)
Nuestro sistema nervioso central tiene una capacidad determinada para procesar la información que percibimos.
Una vez llegamos al límite de esa capacidad, el S.N. comienza a fallar y deja de funcionar adecuadamente.
Es muy parecido a lo que sucede cuando tenemos la memoria del ordenador o del teléfono móvil llena y empiezan a ir más lentos y hacer cosas raras.
En el caso de nuestro organismo las funciones también se ralentizan y no podemos procesar varias tareas simultáneamente, dándonos la sensación de torpeza o atontamiento…que es precisamente lo que está sucediendo.
Si no hacemos nada y seguimos saturándolo, el S.N. acabará colapsándose con consecuencias que pueden ser graves.
Pero podemos evitar llegar a este punto si tomamos conciencia antes, porque vamos recibiendo ‘avisos’ antes de llegar al colapso.
Si notas que se te caen las cosas, o que tropiezas o que te olvidas algo que normalmente no te ocurre, es que tu S.N. empieza a saturarse.
Y aquí viene la parte esotérica…
Mi teoría (no demostrada científicamente, pero sí empíricamente) es que tenemos 3 avisos. Y si no hacemos nada pagaremos las consecuencias en forma de algún accidente, caída o despiste grave.
Y ojo, no estoy hablando de karma ni de maldición de ningún tipo, simplemente que nuestro S.N. “se apaga” y deja de funcionar.
Insisto en que esto se puede prevenir si descargamos las demandas que le imponemos al organismo una vez detectamos las primeras advertencias.
BONUS
– Toma nota de ‘cosas raras/anomalías’ que veas en tu funcionamiento habitual.
– Hazle caso en cuanto notes varios avisos.
*Imagen Thomas Breher