Las relaciones humanas son lo que más felicidad y alegría nos pueden dar y también lo que más sufrimiento nos pueden provocar.
Esta dualidad se ve aumentada hoy en día por las desmesuradas expectativas que ponemos sobre las relaciones y las necesidades que deben cubrir para nosotros.
Pero a la vez, se nos olvida dedicarles tiempo y atenciones.
Hay numerosas claves para que una relación funcione, pero hay dos elementos que no deberían faltar nunca.
Por un lado hay que hacer cosas cara a cara.
Ver la expresión de la otra persona, observar sus reacciones, aprender lo que le gusta y lo que no, de nuestras interacciones con ella.
Compartir momentos así es el primer paso para que la relación se desarrolle, pero falta otro elemento fundamental.
El segundo elemento consiste en hacer cosas lado a lado: “interacciones en paralelo” donde hacemos cosas compartidas aunque no directamente cara a cara.
OJO, no hay que confundirlo con dos personas físicamente próximas, pero totalmente aisladas en su mundo.
La esencia de estos dos elementos complementarios es disfrutar de momentos de intimidad… estando (muy) presentes.
RINCÓN DEL COACH
– Piensa en compartir momentos cara a cara y lado a lado de manera intencionada.
– ¡Tus relaciones lo agradecerán!