Todo el mundo ha visto alguna vez a una mosca darse golpes contra el cristal de la ventana una y otra vez, volviendo a intentarlo a ver si la siguiente será la buena.
La paradoja es que muchas veces la ventana está abierta y tomando un poco de distancia vería con facilidad que su salida está a unos pocos centímetros.
Pero el marco de la ventana no le impide descubrirlo y sigue embistiendo contra el cristal como si no hubiera un mañana.
Decimos que los humanos somos animales racionales, pero viendo a muchas personas afanarse repitiendo el mismo comportamiento una vez y otra (esperando tener resultados diferentes), no parecemos tener inteligencia superior a la de una mosca.
Ese empecinamiento es lo que ha llevado al hombre a la Luna, a Marte, a inventar la ciencia o a crear maravillosas obras de arte.
Pero mal encaminado nos encierra en un bucle del que no salimos.
Por mucho empeño que le pongamos, por muchas veces que lo repitamos.
Para evitar darte golpes contra el cristal asegúrate de tomar perspectiva antes de embarcarte en algo.
RINCÓN DEL COACH
– ¿Y si ya estás embarcado?
– Fácil: busca el lado de la ventana que (SIEMPRE) está abierta
* Imagen McCloudy