Los seres humanos tenemos una peculiar habilidad para complicarnos la vida, sobre todo cuando las cosas van bien y no tenemos demasiados motivos por los que preocuparnos.
Es algo que se ve en relaciones de pareja conflictivas, en las que después de algún tiempo sin una discusión aprovecharán cualquier pretexto para provocar a la otra persona y desatar una avalancha emocional predecible, lo que les permite escapar de la monotonía.
Hace tiempo vi una tira cómica que representaba fielmente este lado de la naturaleza humana. Al principio se veía al protagonista aburrido y sin nada que hacer. Luego encuentra una cuerda llena de nudos y empieza a deshacerlos.
En las siguientes viñetas se observa como su nivel de frustración va en aumento al liarse cada vez más, llegando casi al punto del abandono. Y en la penúltima viñeta aparece teniendo éxito in extremis.
Pero los seres humanos no acabamos ahí, con los problemas resueltos. Vamos más allá. Así que después de un breve instante de satisfacción por lo que ha logrado, en la última imagen el personaje vuelve al aburrimiento inicial.
Si no le damos algo concreto en lo que centrarse, la mente buscará “nudos” con los que enredarse. Esos nudos son conflictos imaginados o problemas creados de la nada para satisfacer su necesidad de mantenerse ocupada.
BONUS
– Analiza qué tipo de ‘nudos’ atraen a tu mente.
– La clave para no enredarnos con estos nudos es ser conscientes de cómo funciona nuestra mente.
* Imagen Engin Akyurt