En jardinería se cortan las ramas que no sirven de árboles y plantas para potenciar un crecimiento más sano y vigoroso.
A las personas también nos iría bien eliminar ciertos aspectos negativos o innecesarios que tenemos, pero nos aferramos a ellos con apego irracional y nos cuesta desprendernos de ellos a pesar de que hayan cumplido su función.
Esto incluye hábitos que ya no son beneficiosos para nosotros, cosas materiales que han cumplido su ciclo e incluso personas que han evolucionado por caminos diferentes al nuestro.
Por mucho que se hayan descosido las costuras de nuestro pantalón favorito, de nuestra relación de amistad o de pareja, del trabajo que hace tiempo dejó de entusiasmarnos, etc., parece que acumulamos con orgullo las muescas de nuestro pasado.
De esta manera vamos arrastrando cargas emocionales que lastran nuestro camino y nos impiden avanzar.
Sin ser conscientes de que así no permitimos que nuevas experiencias, cosas o personas entren en nuestra vida.
Un árbol recién podado da algo de pena porque parece desnudo y vulnerable.
Y si “podamos” algo a lo que tenemos apego también nos sentiremos así, inicialmente.
Pero igual que en jardinería, la poda hace que el crecimiento sea más sano y vigoroso.
RINCÓN DEL COACH
– Analiza qué partes de ti o de tu vida han quedado obsoletas.
– Poda lo que ya no sea necesario, asumiendo que puede
* Imagen Beverly Buckley