Pensamos que las cosas que nos sucederán tendrán un gran impacto en nuestra vida, pero nuestros procesos de psico-adaptación hacen de termostato emocional regulando y moderando nuestras emociones tanto ante sucesos negativos como positivos.
Por eso después de un período de reajuste o duelo ante un evento (positivo o negativo), solemos volver a nuestro estado(temperatura) emocional previo.
Esto tiene una lógica evolutiva porque si quedáramos atrapados indefinidamente en un estado depresivo después de un evento negativo, pondríamos en peligro nuestra supervivencia.
Y del mismo modo, si ante un suceso positivo nos quedáramos instalados en un estado de euforia permanente, no lograríamos dar mucho hecho, suponiendo la misma amenaza para nuestra supervivencia.
Por eso aunque tenemos grandes esperanzas puestas en que nos toque la lotería o lo maravillosa que sería nuestra vida siendo millonarios, no debemos esperar demasiados cambios en cómo nos sentiremos si llegase a suceder.
Porque con la excepción de que no tengas ni siquiera para comer, como te sientes en este preciso momento es tal y como te sentirías con unos ceros más en tu cuenta bancaria.
Al fin y al cabo el dinero solo potencia lo que uno ya es y cómo se siente. Y aunque nos cueste creerlo, hay personas millonarias muy infelices.
RINCÓN DEL COACH
– ¡La buena noticia es que no necesitas ser rico para trabajar en tu felicidad personal!
* Imagen Olivier Le Moal