Cuando era pequeño el rol masculino estaba claro y bien definido: un tipo duro, que iba al grano sin rodeos y que no mostraba sus emociones.
Viendo películas del oeste decidí que adoptaría una filosofía de vida de vaquero porque se ajustaba perfectamente al referente de masculinidad que había.
Un rol que interpretaba con maestría el actor John Wayne.
Así que incorporé a mi comportamiento algunas de las actitudes de los personajes de sus películas.
Con el tiempo me di cuenta de que el modelo estaba desfasado y fui olvidándome de ello.
Pero cuando empecé a tener relaciones de pareja descubrí que el rol de vaquero no me había abandonado, sobre todo en lo de no expresar mis emociones… causando todo tipo de problemas.
Porque bien analizado, un vaquero se dedica a cuidar vacas y a estar en el campo. Y por mucho que Hollywood idealizara su imagen, no es un ideal masculino muy ‘funcional’ que digamos.
Por eso llevo años intentando desintoxicarme del “síndrome de John Wayne”.
No puedo despistarme ni descuidarme porque todavía acecha peligrosamente en mi subconsciente, pero creo que he mejorado mucho en estos últimos años.
BONUS
– ¿Y tú has descubierto algún referente que ha caducado?
– ¿Tienes algún “síndrome” que aún te persigue?